
Hay personas carismáticas, extremadamente agradables, con las que todos quieren estar siempre. Como una especie de imán irresistible, atraen a los demás con su sonrisa auténtica y su don de gente.
Todos conocemos a alguien así. A lo largo de mi camino por la vida he tenido la fortuna de encontrarme con mucha gente invaluable, única y maravillosa que le cae bien a todo el mundo, hacen amigos fácilmente, promueven la armonía adonde quiera que van y siempre logran sacar lo mejor de las demás personas.
Pero, ¿qué los hace diferentes de los demás? ¿qué hábitos practican para ser excepcionalmente agradables? Repasamos algunos. Quizás tú seas una de esas personas o puedas cultivar más de un hábito para convertirte en una de ellas.
1. Son humildes. La gente agradable, a la que todos quieren rodear, es auténticamente humilde, nunca arrogante. No se la pasan hablando de sus grandes logros y auto proclamándose como los seres más brillantes y cool del planeta. Prefieren escuchar que hablar de sí mismos. La humildad no se trata de ser introvertido o adoptar una pose de inferioridad, ser humilde es ser seguro sin ser altanero, nunca creer que estás sobre los demás.
2. No buscan llamar la atención. Para ser agradable no es requisito ser extrovertido o pasársela intentando captar la atención de todos. Cuando dejas que las acciones positivas hablen por ti no necesitas decir a todos lo importante que eres ni buscar desesperadamente la atención y el reconocimiento, todo fluye naturalmente y las personas se acercan a ti de forma espontánea, apreciando todo lo que eres.
3. No tienen prejuicios. La gente extremadamente agradable y carismática tiene mente abierta, abraza las ideas nuevas y acepta las diferencias. No condena las opiniones de los demás haciendo valer únicamente lo que ellos dicen. No discriminan o desvalorizan a los demás, no etiquetan las personas o se forman criterios basados en chismes o rumores.
4. Son genuinos. Las personas más agradables y simpáticas son genuinas, nunca pretenden ser lo que no son. Admiten cuando no saben algo y no se jactan de saberlo todo. Son confiables y honestas, viven todo de forma espontánea y con una sonrisa contagiosa.
5. Son pacientes y nunca pierden los estribos. La paciencia y la compostura son difíciles de controlar, especialmente en la actualidad cuando todos vivimos con prisa, esperando resultados inmediatos. Las personas agradables tienden a ser pacientes, rara vez viven en eterna frustración o enojo, tienen una paz interior que atrae de inmediato, como la miel a las abejas. Practicar yoga o ejercicios de respiración puede ser una forma útil al momento de intentar cultivar la paciencia.
6. Son empáticos. La gente que siempre está rodeada de amigos, generalmente tiene altos niveles de empatía, siente verdadero interés por las demás personas y siempre tienen las palabras adecuadas para los demás. Regalan sonrisas, meditan sus palabras y procuran no herir o dañar los sentimientos de los demás. Tienen sentido del humor pero nunca lo usan para ridiculizar a los que le rodean.
7. Son amables. A todos nos gustan las personas civilizadas, que siempre tienen tiempo para poner en práctica las reglas comunes de cortesía y buenos modales. Saludar, usar el «porfavor» y «gracias», mantener la puerta abierta al que viene detrás tuyo en la tienda o en la oficina, mirar a los ojos al que te habla, sonreír…los buenos modales no pasan de moda y el que los usa siempre será agradable para los demás, será un gusto atenderle o tratar con ellos.
8. Siempre hablan en tono amistoso. No importa si están pasando por una situación de estrés o dificultad, las personas carismáticas y agradables saben hablar con calma, es un arte que dominan y que hace sentir confianza a los demás. Saber qué decir y cómo decirlo sin romper la armonía en las relaciones interpersonales, no gritar o perder la cordura ante la menor amenaza es un don que ellos poseen.
9. Prestan atención a quien les habla. Guardar el teléfono y ver a los ojos para escuchar con atención lo que su interlocutor tiene que decirles es algo que muy pocas personas son capaces de hacer. Las personas extremadamente agradables siguen la conversación, se muestran interesadas, no se distraen, ven el teléfono o se salen del tema, se nota que están siguiendo todo lo que tienes que decirles y te hacen preguntas que demuestran su genuino interés y respeto a tus pensamientos.
10. Brindan halagos sinceros. No se trata de estar prodigando cumplidos a diestra y siniestra, sino de brindar halagos genuinos y espontáneos, justo en el momento que se necesitan. Una persona agradable y carismática siempre encontrará la frase perfecta para elevar tu estado de ánimo.
11. Les gusta dar. No solo se trata de cosas materiales, regalos o dinero, las personas extremadamente agradables siempre tienen algo que dar: una palabra de aliento, un gran consejo, un abrazo, un momento para compartir, una opinión sincera, un halago, una mano amiga. Sabes que de ellos siempre obtendrás algo positivo y valioso.